Los nostálgicos están de enhorabuena, España vuelve a tener, gracias a un nuevo colonialismo, posesiones en el Sáhara. No es que hayamos recuperado la antigua colonia africana perdida tras la Marcha Verde, sino que el implacable Sáhara ha iniciado su colonización peninsular.
Basta con acceder a Google-Earth para comprobar el gran desastre; la desertización avanza por España a marchas forzadas sin encontrar apenas resistencia. La península Ibérica cubierta antaño de frondosos bosques donde una ardilla podía atravesarla sin tocar el suelo saltando de árbol en árbol, pronto, si seguimos igual, podrá ser cruzada por una serpiente, esta vez reptando de duna en duna.
Es hora de emprender la marcha verde y expulsar al Sáhara de nuestra geografía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de febrero de 2008