Pobre 'alien', pobre 'predator''

Es difícil arruinar la reputación de un personaje, pero cargarse a dos leyendas del espacio exterior es avaricia. Riddley Scott debe alejarse de la adaptación para la PSP de su película. Sus criaturas quedan relegadas al papel de ratas de relleno. La suerte del depredador no es mejor. Un control algo tosco y una cámara automática que raras veces da la mejor visión asolan un trabajo gráfico más que aceptable. El guión, nimio y ridículo, sitúa al depredador como único defensor contra la invasión alienígena.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de febrero de 2008