La volatilidad actúa con más fuerza en la Bolsa española que en el resto de los mercados europeos y esta última sesión sorprendió por la demostración de optimismo.
El Ibex 35 consiguió una subida del 2,13% que le llevó a cerrar en 13.436,60 puntos, muy cerca del máximo intradía, pero lo suficientemente lejos de la resistencia de los 13.500 puntos que habrían sometido al mercado a presiones para las que, posiblemente, aún no está preparado.
Observadores y analistas no se ponían de acuerdo sobre las causas de este comportamiento tan positivo, a pesar de que el día anterior sí que tenían muy claro por qué este mercado subía menos que el resto.
Los indicadores económicos conocidos ayer aportaron cierto optimismo, en el caso europeo y, para Estados Unidos, la confirmación de que los problemas expuestos por la Reserva Federal se van agudizando.
El índice de confianza empresarial subió en Alemania en febrero, lo que parece alejar el temor a una crisis, mientras que en Estados Unidos los precios industriales subieron el 1% en enero y la confianza de los consumidores cayó en febrero a su nivel más bajo en cinco años.
La respuesta de la Bolsa de Nueva York sorprendió en parte, pues los inversores decidieron celebrar por anticipado la forzosa rebaja de los tipos de interés que parecía deducirse de esa falta de confianza de los consumidores y porque la inflación industrial subyacente creció tan sólo el 0,4%.
Los avances del conjunto de los mercados de valores europeos indican que va calando entre los inversores el convencimiento de que la economía no pasará de sufrir un simple enfriamiento que como mucho podría llevar al BCE a rebajar los tipos de interés dentro de un par de meses, según algunas opiniones, para ayudarla a salir del bache. Mientras tanto, en los mercados de valores se comienzan a tomar posiciones en los valores más importantes por si se da el supuesto de un ataque a los niveles de resistencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de febrero de 2008