Los restos mortales de los hermanos Francesco y Salvatore Pappalardi, de 13 y 11 años, desaparecidos el 5 de junio de 2006 de Gravina in Puglia, un pueblo del sur de Italia, fueron identificados ayer por la policía italiana. Los dos cuerpos fueron hallados el lunes por los bomberos en el fondo de un gran pozo-cisterna de 22 metros de profundidad durante el rescate de otro muchacho de Gravina que cayó accidentalmente al agujero mientras jugaba y que sufrió heridas graves.
Según afirmó ayer el fiscal de Bari, Emilio Marzano, los indicios apuntan a que los hermanos sufrieron una "muerte lenta y atroz, probablemente por hambre y frío". El padre de los chicos, Filippo Pappalardi, de 42 años, fue encarcelado hace tres meses, acusado del secuestro, homicidio y ocultación de los cadáveres. Los investigadores pensaban que mató a sus hijos la noche de la desaparición, al castigarlos por haber salido a la calle sin su permiso. Ahora manejan la tesis de una muerte accidental.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de febrero de 2008