Llegar, montar y fuera. La campaña de Ciutadans para estas generales se articula en torno a tres elementos clave: un tablado de metro y medio, dos focos... y a discursear, amparados por el cartel de la formación. Es todo lo que necesita Albert Rivera, candidato por Barcelona al Congreso, que recorre la provincia sin anunciarse. Ni convoca simpatizantes a los actos, ni preavisa a los transeúntes. Son actos por sorpresa, como el que realizó ayer en la plaza de la Tolerància de Barcelona, frente al Hipercor.
Albert Rivera llama a sus mítines speaker's corners, como si sus intervenciones se parecieran a los improvisados y frescos discursos que pueden escucharse en el Hyde Park londinense. En realidad, los speaker's corners de Rivera son una forma de salir del apuro que significa para un partido pequeño el no poder convocar a grandes masas de público para llenar tribunas y mítines.
El de Ciutadans es el auditorio errante, que muta y se renueva a medida que avanza el mitin. Nunca son más de 40, pero el relevo es continuo. "Basamos nuestra campaña en la proximidad y el boca a boca de la gente", apunta Rivera. Su partido calcula que necesita unos 80.000 votos para llegar a Madrid. Ramon y Mercè, de 71 y 73 años, aguantaron ayer todo el discurso, pero no logró seducirles: "Ya teníamos el voto decidido".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de febrero de 2008