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Crónica:26ª jornada de Liga

Luis García levanta al Espanyol

El equipo de Valverde recupera su mejor tono ante un insulso Valencia

Valverde siempre ha sido un señor entrenador y Luis García es un futbolista imprescindible hoy día para el Espanyol. Así las cosas, uno y otro comparecieron ayer en la cancha para resolver un partido de vértigo después de intercambiar unas palabras en la sesión táctica del miércoles. Alrededor del encuentro entre uno y otro ha habido mucha cháchara, por más que se impusiera el disimulo. La charla, en cualquier caso y con independencia del tono, resultó estimultante para el equipo y el Espanyol se reencontró con un triunfo estupendo con Luis García como goleador. Jugaron los blanquiazules un partido muy serio e intenso, imposible para el Valencia, siempre a remolque del rival y de las circunstancias.

ESPANYOL 2 - VALENCIA 0

Espanyol: Kameni; Zabaleta (Chica, m. 83), Jarque, Torrejón, David García; Moisés Hurtado, De la Peña (Ángel, m. 35); Valdo, Luis García, Riera; y Jonathan Soriano (Lola, m. 72). No utilizados: Lafuente; Ewerthon, Moha y Corominas.

Valencia: Hildebrand; Caneira, Albiol, Helguera (Baraja, m. 56), Moretti; Banega, Maduro, Silva (Zigic, m. 72); Joaquín, Villa y Mata (Vicente, m. 61). No utilizados: Mora; Lombán, Sunny, Edu y Arizmendi.

Goles: 1-0. M. 3. Luis García se adelanta al portero. 2-0. M. 51. Luis García, de penalti.

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Moisés Ángel, Caneira, Banega, Moretti, Maduro, Zigic y Baraja. Espulsó por doble cartulina amarilla a Maduro (m. 79).

18.100 espectadores en Montjuïc.

El Espanyol salió como un tiro y cantó gol nada más pisar el campo. Torrejón colgó la pelota, Jonathan la peinó en el vértice del área grande y Luis García se adelantó a Hildebrand, excesivamente confiado en la defensa de la jugada, al igual que los centrales en el rechace. La jugada expresó el interés y la determinación del equipo blanquiazul, así como también su fortuna, frente el acomodamiento del Valencia, invulnerable en el Camp Nou y batido, en cambio, cuando pisó Montjuïc. Formar con la misma alineación no siempre es garantía de triunfo y menos en torneos diferentes como la Copa y la Liga.

A favor del viento, el Espanyol jugó con comodidad y suficiencia, a la contra, más recogido que en anteriores encuentros, confiado en su solvencia y capacidad para manejarse en los choques de alto voltaje, contra los grandes equipos. Obligado por el resultado y condicionado por la actitud del adversario, el Valencia tomó el balón y enfocó a Kameni. La lesión de Iván de la Peña influyó en los planteamientos. El Espanyol juntó las líneas para presionar y defenderse mejor a cambio de perder atrevimiento y el Valencia se estiró a partir de sus ligeros centrocampistas comandados por Banega.

Al equipo de Koeman le faltó juego interior y pegada, por lo que su dominio fue insustancial, poco agresivo. Más concentrado, el Espanyol resolvió en el inicio del segundo acto después de una contragolpe de manual. El Valencia se desorganizó a la salida de un córner a favor; Valdo forzó el penalti en un forcejeo con Silva, cuya presencia en el área expresó la desestructuración visitante, y Luis García sentenció. Koeman no encontró nunca el hilo del partido, ni desde la alineación ni con los cambios, y acabó desbordado por el grupo de Valverde.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de marzo de 2008