1. Este conflicto viene de lejos por una pésima gestión del Ayuntamiento de Barcelona. Es de deplorar la actitud de los huelguistas, que no aceptan la mediación de Trabajo, y es triste que el consistorio se dedique a enviar octavillas a los ciudadanos. Hablamos de un servicio público. Parece que ni a los sindicatos ni al Ayuntamiento les preocupen los efectos de los paros sobre unos ciudadanos abandonados.
2. El domingo, el 34, para ir a casa tras un paseo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de marzo de 2008