En la última legislatura se ha reducido en un 32% el número de víctimas en accidentes de tráfico. Nunca antes se había producido semejante descenso, y las cifras de muertos en carretera en 2007 no tienen precedentes. La receta se ha basado en más radares, la implantación del carné por puntos, la reforma del Código Penal y campañas de concienciación muy continuadas. Aun así, el reto para los próximos cuatro años es inmenso: atacar sin tregua una epidemia que mata cada año en carreteras y calles a más de 4.000 personas y deja en situaciones dramáticas a unas 21.000. A este reto va unida la urgente revisión de la señalización de las carreteras y la mejora de las infraestructuras. La próxima legislatura reclama también un mayor apoyo a los heridos y a las asociaciones de afectados por la siniestralidad vial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de marzo de 2008