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CARTAS AL DIRECTOR

Ni cabeza ni corazón

No recuerdo a mi padre porque tuvo que irse al exilio. Más tarde murió luchando contra los nazis en Dunkerque. Sus hijos hemos dedicado años y sacrificios hasta encontrar el lugar donde fue enterrado, lejos de su familia y de su patria. Él y nosotros hemos perdido mucho.

Cada vez que Mariano Rajoy trivializa y menosprecia la Memoria Histórica, me recorre por el alma un estremecimiento de indignación. Tengo legitimidad para exigir al candidato del Partido Popular que muestre un profundo respeto para los miles de huérfanos que queremos recuperar la memoria y los restos de nuestros padres. Fueron tan dignos patriotas como él.

No sé si Mariano Rajoy tiene cabeza, desde luego tiene poco corazón y ninguna conciencia. Que deje ya de ofender.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de marzo de 2008