Un juzgado de primera instancia de Barcelona ha condenado a un médico a abonar 331.638 euros a los familiares de un enfermo de sífilis que falleció sin que se le realizaran todas las pruebas médicas necesarias para intentar controlar la enfermedad. La sentencia asegura que el facultativo "era conocedor de la enfermedad y patología" y que debió aplicar los protocolos que requiere hacer un diagnóstico diferencial de esa enfermedad. La sentencia considera que el médico, adscrito a la sanidad pública, debió "agotar cuantas fuentes de investigación fueren menester en pos de evitar su evolución deteriorante para la persona" y que debió "agotar la eficacia de cuantas pruebas médicas sean necesarias por el peligro real". Pero nada de eso sucedió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de marzo de 2008