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Los peritos dan aire a una acusada del 'caso Permanyer'

Las pruebas de cargo contra Toyas quedan en la duda

Sombra de duda en el juicio por el asesinato de la psicóloga Anna Permanyer. Los peritos no pudieron confirmar ayer que el contrato de arras del piso que la psicóloga tenía en el edificio Atalaya de la avenida Diagonal de Barcelona, fuera redactado en el ordenador de Anabel Toyas, una de las tres personas acusadas, ni que se utilizara su impresora. Los especialistas explicaron que no hallaron en el ordenador de la sospechosa ningún archivo, activo o eliminado, que contuviera el documento del contrato. Con todo, un perito explicó que la falta de indicios no descarta el uso de ese ordenador para ese fin porque hay archivos que no dejan rastro. Por ejemplo, cuando no se almacenan en el disco duro porque se cierra el documento sin guardarlo o porque se hace en una memoria externa. El supuesto uso del ordenador y de la impresora de Toyas son las únicas pruebas que implican a esta acusada

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Los expertos tampoco pueden asegurar ni descartar el uso de la impresora láser de Toyas en la impresión del contrato de arras, ya que ni éste ni un borrador encontrado presentan imperfecciones. Precisamente, son los defectos los que permiten identificar el aparato utilizado. En otro momento, los peritos relataron que desde ese ordenador se consultaron páginas web de varios medios de comunicación, en las que había noticias sobre el caso Permanyer, así como un callejero, en el que se buscó la dirección del edificio Atalaya. Toyas alegó en su día que la consultó porque debía visitar a la que en aquel entonces era su amiga Carmen Badia, la principal acusada del asesinato de la psicóloga.

El juicio ha entrado ya en su recta final, después de 10 sesiones. En la del pasado lunes, los peritos relataron que Permanyer recibió media docena de golpes en la cara y la cabeza con un objeto contundente y semicicular, antes de morir por insuficiencia respiratoria. La fiscalía sostiene que ese objeto es lo que se conoce como pata de cabra, una ganzúa larga que es compatible con la encontrada en el vehículo de Joan Sesplugues, el otro acusado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de marzo de 2008