Malvivían en furgonetas viejas, entre chatarra, cables y excrementos, hacinados por grupos en el municipio de Chinchón. Los 46 perros encontrados el lunes en una finca llegaron a comerse vivos, según denunció un vecino a la Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA), que colaboró con la Comunidad de Madrid y el Seprona en el rescate.
En una de las caravanas había camadas de cachorros de dos a cinco meses escondidos entre los hierros. Todos los animales tuvieron que ser sedados en el momento de su captura porque "apenas han tenido contacto con personas", según una nota de ANAA. El propietario se enfrenta a varias sanciones económicas de hasta 15.000 euros por infracción "muy grave" de la Ley de Protección de los Animales Domésticos, informa la Comunidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de marzo de 2008