La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) tiende puentes entre los clásicos del Siglo de Oro español y el mundo contemporáneo. Los celos, el machismo y la violencia contra la mujer están presentes en la obra El pintor de su deshora, de Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681), una obra escrita en el siglo XVII que mantiene su vigencia. La CNTC presenta hoy El pintor de su deshonra, en el Teatro Arriaga, en Bilbao, dirigida por Eduardo Vasco y protagonizada por los actores Arturo Querejeta y Nuria Mencía.
La obra se encuadra, junto a El médico de la honra y A secreto agravio, secreta venganza, en la trilogía de dramas de honor que escribió Calderón. Son obras protagonizadas por mujeres infelizmente casadas y maridos que se creen con derecho a matar a su mujer si sospechan que les han ofendido.
Vasco defiende que Calderón tomó partido en favor de la dignidad de las mujeres y arremetió contra las normas sociales que obligaban a defender el honor del marido con el asesinato de la esposa presuntamente adúltera. La trama de la obra, sin embargo, muestra el respaldo social de la época al asesino y el perdón de los padres de la víctima.
Hace más de un siglo que El pintor de su deshonra no subía a un escenario. La versión que presenta la CNTC ha sido escrita por Rafael Pérez Sierra, cuenta con la interpretación de 14 actores y tres músicos que tocan en directo la viola de gamba y el clave.
La mujer es en el drama de Calderón una víctima, que fácilmente se convierte en metáfora de las mujeres que a lo largo de los siglos han sufrido la violencia machista. Con el tema del honor y la tragedia que provoca se cruza en El pintor de su deshonra una "reflexión sobre la capacidad del ser humano de poder retratar la realidad y captar la belleza", indica Vasco.
La gira de El pintor de su deshonra comienza en Bilbao, tras el estreno en Sevilla el pasado mes de febrero. Desde que Vasco llegó a la dirección de la CNTC hace cuatro años los montajes de la compañía se estrenan fuera de Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de marzo de 2008