Los vecinos de Monte Porreiro han dejado a un lado la tregua pactada con Vicepresidencia para manifestar por toda Pontevedra su malestar por el regreso de las familias gitanas de O Vao al barrio. Alrededor de un centenar de personas cortaron el acceso norte de la capital por A Barca alrededor de las diez de la mañana, después de haberse trasladado en dos autobuses hasta la sede de Servicios Sociales de Poio, donde algún exaltado llegó a increpar a los funcionarios y a golpear las ventanas del edificio.
Más tarde, el grueso de la manifestación se dirigió al Ayuntamiento de Pontevedra, donde profirieron insultos contra el alcalde Miguel Anxo Fernández Lores al sentirse "engañados" por la Administración. Otras tres personas se encaminaron al consistorio de Poio para mantener un encuentro con el regidor, Luciano Sobral, que les invitó a formar parte de una mesa de concertación que ponga fin a este conflicto. No obstante, los vecinos entienden que la propuesta llega "muy tarde y ya no procede".
Los ánimos ahora están "más caldeados que nunca", dicen. En la madrugada de ayer y ante la noticia de que las familias habían regresado a la calle Alemania, el barrio se despertó y hubo "mucho follón", reconoce el portavoz de los vecinos, Ángel Mario Lago. Alguien bloqueó la cerradura del portal y los realojados tuvieron que acceder a sus casas por el garaje.
Los afectados "ya no se fían de nadie", apunta el presidente de Pueblo Gitano, Sinaí Giménez. Han contratado los servicios de un gabinete jurídico para que vele por la legalidad de sus contratos de arrendamiento. "No se van a mover de ahí", asegura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de marzo de 2008