La coalición entre Iniciativa per Catalunya y Esquerra Unida (EU) no peligra. Es más, la preocupación por el descenso electoral preocupa por igual. Los consejos nacionales de sendas organizaciones analizaron los motivos "estructurales" de su resultado. En EU lo tienen claro: "nos hemos alejado de la calle", sostiene un alto dirigente comunista que no quiere pelea con ICV.
La caída de votos en el área metropolitana preocupa a los izquierdistas. Porque mientras se gana apoyo entre "la clase profesional", el sector trabajador se ha pasado al PSC o a la abstención. El problema es que la coalición se ve como "un partido verde con tintes rojos, y no al revés".
Los comunistas catalanes aceptan que "el problema viene de antes", porque ya en las municipales los números les castigaron, como en Tarragona y en antiguos feudos izquierdistas. EU no cree que sea sólo por la bipolarización electoral o porque el referente español, el coordinador de IU Gaspar Llamazares, no sea visto bien en Cataluña.
El coordinador general de EU, Jordi Miralles, apostó ayer por "más coalición con ICV" y criticó que hasta el momento la colaboración sea estrictamente institucional. "Hay que extenderse por abajo", reiteró el líder de EU, y es que la intención es "volver a la calle, a los barrios, a los sindicatos". Miralles también pidió al PSOE que revise la "injusta ley electoral".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de marzo de 2008