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Un traslado a mitad de curso

Juan Carlos Chillón asegura que se ha curado, no bebe ni consume drogas, y que no se acerca a su ex pareja. Ahora aguarda con impaciencia la llegada a Cazorla (Jaén) de su hijo. "Llevo cuatro años y medio luchando y, al fin, se va a hacer justicia". El padre culpa a su ex pareja de "incumplir sistemáticamente" el régimen de visitas y lamenta que el año pasado sólo pudo verlo en dos ocasiones.

Cuando se le pregunta por el trastorno educativo que sufrirá su hijo, de 10 años, al tener que mudarse de Torrevieja a Cazorla a mitad del curso, Chillón es contundente: "Prefiero que pierda un curso antes que la cabeza", en alusión al "gran daño psicológico" que le está haciendo su madre. "Ella está manipulando a mi hijo, que desde que tenía siete años dijo que quería estar conmigo", añade. La otra hija ha vivido con él hasta hace poco, cuando se trasladó con su novio a Torrevieja, decisión que el padre puso en conocimiento de la Fiscalía de Menores.

Chillón admite que estuvo en tratamiento psiquiátrico. "Pero hace dos años. Ahora estoy curado", dice.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de marzo de 2008

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