De la alta cocina a la cocina del terruño. La tradicional torrija, dulce indispensable de la Semana Santa, tuvo ayer en la plaza Mayor de Torrejón de Ardoz un baño vanguardista: fue servida con espuma de leche. El sifón culinario del siglo XXI convive con los fritos a la antigua usanza. El cocinero madrileño Mario Sandoval, que luce en su restaurante Coque de Humanes una estrella Michelin, preparó ayer con su madre, Teresa Huertas, una degustación de torrijas. Setenta kilos de pan, seis kilos de azúcar y 60 huevos fueron la base de unas 800 raciones que se repartieron entre los viandantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de marzo de 2008