Recientemente hemos tenido el placer de disfrutar de un proceso electoral digno de cualquier democracia estable. Ahora, en plena resaca electoral, igual que ocurriera en anteriores ocasiones, tengo la sensación de que los partidos políticos se olvidan de sus compromisos y obligaciones una vez conocidos los resultados. Sirva como ejemplo la cantidad de carteles que todavía vemos en la calle con las caras de los candidatos envueltos en frases sugerentes e ingeniosas. Durante la campaña electoral se organizan quedadas masivas para pegar carteles. Este gesto tan entrañable y característico debería tener como contrapunto la quedada para limpiar la calle de carteles. Me da mucha pena ver la cantidad de papel que se tira durante las campañas electorales, pero más pena me da que no se haga una gestión eficiente del mismo y tenga que ser el tiempo el que se encargue de este papel. Le agradecería a todos los partidos que a la hora de diseñar sus campañas dediquen unos minutos a preparar la poscampaña para no ensuciar aún más este delicado planeta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de marzo de 2008