La grada adornó con gritos de olé el festival que se dio el Murcia a costa del Espanyol más indolente e inofensivo de los últimos tiempos. Y eso que los desaguisados del grupo de Valverde frente a los equipos de la cola son el pan nuestro de cada día. Clemente echó audacia al asunto y planteó el partido con líneas adelantadas, obligando a su conjunto a llevar la manija y buscar sin pausa a Iván Alonso. Completó su declaración de intenciones alineando a un chaval de 17 años, Aquino, internacional sub-19, que respondió a las mil maravillas en el costado izquierdo, donde llevó de cabeza Zabaleta.
La defensa del Espanyol se vio desbordada por la movilidad y agresividad de Iván Alonso y la facilidad con la que sus compañeros le enviaron todo tipo de recados tanto desde la medular como desde las alas. Torrejón y Jarque no atinaron a marcar la línea ni a contener a Alonso, que les ganó la partida por arriba y abajo. En una de ésas, llegó el primer tanto en un penalti extraño, un derribo en los que no se sabe si el defensa empuja o el delantero se derrite. En cualquier caso, la dinámica la marcaba el Murcia. El marroquí Kabous era mucho más incisivo que Ángel y Abel se comía el centro del campo y metía buenos balones en profundidad. El Espanyol no se enteraba.
MURCIA 4 - ESPANYOL 0
Murcia: Carini; Mejía, Cuadrado, Ochoa, Peña; De Lucas (Pina, m. 64), Kabous, Movilla (Richi, m. 52), Abel; Iván Alonso y Dani Aquino (Goitom, m. 74). No utilizados: Alberto; Rosinei y Jofre.
Espanyol: Kameni; Zabaleta (Rufete, m. 71), Jarque, Torrejón, David García; Moisés (Jordi Gómez, m. 54), Ángel; Valdo, Luis García, Riera (Coro, m. 54); y Tamudo. No utilizados: Lafuente; Chica, Clemente y Jonathan.
Goles: 1-0. M. 35. Iván Alonso, de penalti. 2-0. M. 46. Iván Alonso cabecea un centro de Abel. 3-0. M. 62. Abel, de penalti. 4-0. M. 73. Richi de cabeza.
Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó a Mejía, Jarque, Kabous y Pina.
20.000 espectadores en La Condomina.
Los internacionales Riera y Luis García apenas la rascaron. Especialmente fuera de forma, el extremo balear fue relevado. Fue cuando Valverde trató de inyectar un ápice de energía a su equipo, que acababa de recibir un segundo gol tras un centro de Abel cabeceado a placer por Iván Alonso. El Murcia, entusiasmado por la posibilidad de ganar su primer partido tras diez derrotas y un empate, no bajó el pistón animado por la inexplicable indolencia del Espanyol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de marzo de 2008