La plaza Nueva de Bilbao fue el escenario elegido ayer por el PNV para celebrar el Aberri Eguna [Día de la Patria] y para mostrar las dos almas del nacionalismo vasco. El presidente del partido, Iñigo Urkullu, tendió una mano al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, a quien sugirió reconvertir la anunciada consulta al pueblo vasco en un "ejercicio ratificatorio" de un acuerdo previo con el Gobierno central que incluya el "reconocimiento de la singularidad nacional de Euskadi". El lehendakari, Juan José Ibarretxe, insistió, sin embargo, en lograr este año "una formulación democrática del derecho a decidir".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de marzo de 2008