Se habla de la reforma de la LOREG para mejorar la fiabilidad del voto de los emigrantes. Y también se habla de reformarla para mejorar la proporcionalidad. Con 200.000 votos menos CIU obtiene ocho diputados más que IU. He mirado la Constitución y la verdad es que no ofrece mucho margen. No se puede crear una circunscripción nacional paralela a la provincial; sólo cabe la provincial, a la que hay que asignar un mínimo que concretaría la ley.
Así la única forma de mejorar la proporcionalidad general es reducir el mínimo de representación provincial a uno y aumentar el número de escaños a 400, con lo que aumentaría el peso de la población de las diferentes provincias y el valor de los votos entre ellas. La mejora no sería mucha e IU seguiría perdiendo esos votos de Soria, Teruel... Quizá ganaría alguno en las provincias grandes. El planteamiento de crear una circunscripción nacional, ciertamente más equitativo, no cabe en la Constitución.
Hace cuatro años las reformas constitucionales estaban en la agenda. Hoy no aparecen con fuerza y desde luego esta reforma del sistema electoral, que mejoraría la calidad de nuestra democracia, en mi opinión está fuera del interés de los dos grandes partidos, beneficiarios en última instancia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de marzo de 2008