La Comisión Territorial de Urbanismo de Alicante dio ayer el visto bueno al plan Rabassa, programa urbanístico que ocupará cuatro millones de metros cuadrados en la periferia norte de Alicante, en las Lagunas del mismo nombre. El polémico proyecto, que prevé levantar 15.000 casas, el 60% de ellas protegidas, está pendiente de la autorización definitiva del Consell. El informe favorable del ente territorial incluye dos condiciones: la redacción de un documento con todas las correcciones durante su tramitación y de un informe del Ministerio de Fomento sobre los viales afectados.
El acuerdo se produce una semana después de que la comisión informativa del mismo órgano rechazara el proyecto por no tener garantizada el agua. Sin embargo, ahora Urbanismo considera acreditado este extremo con agua desalada mediante un convenio entre Acuamed y Aguas de Alicante.
La adjudicación provisional del PAI por parte del gobierno local del PP en el Ayuntamiento al contratista Enrique Ortiz contó con el rechazo de la oposición municipal y acarreó la constitución de una plataforma cívica que aglutinó una agria contestación social al proyecto. La portavoz del Grupo Socialista, Etelvina Andreu, dijo: "Es una desvergüenza. No ha cambiado nada, para que lo que hace una semana era un suspenso ahora sea un aprobado. Seguiremos rechazando el plan por las formas y por su insostenibilidad". Un portavoz del colectivo cívico, Carlos Gómez Gil, calificó de "sorprendente" la decisión de la consejería, "máxime cuando estamos en plena recesión de la construcción". "Mantendremos la lucha contra los efectos perniciosos del plan y recurriremos su aprobación definitiva a los tribunales", añadió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de marzo de 2008