"No se ha planteado un encuentro formal ni por una parte ni por la otra". Con estas palabras rebajó ayer un responsable de La Moncloa las expectativas sobre la posibilidad de que el presidente de EE UU, George W. Bush, y el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechen la cumbre que la OTAN celebra en Bucarest (Rumanía) desde mañana hasta el viernes para mantener su primera entrevista bilateral. Un alto cargo de Exteriores fue más lejos al señalar que en Bucarest puede haber hasta 60 jefes de Estado y de Gobierno y "probablemente no sea el lugar adecuado para este tipo de entrevista, que se puede producir en cualquier otra ocasión".
Fue el propio Zapatero quien explicó, el pasado día 14 en Bruselas, que Bush le había telefoneado para felicitarle por su victoria electoral y que ambos habían quedado en "charlar" en Bucarest sobre "aspectos que afecten a intereses compartidos y cuestiones del orden internacional". Se trataba, por tanto, de algo más que un fugaz saludo, que es lo que Bush y Zapatero han intercambiado cada vez que han coincidido en foros multilaterales desde que la retirada de las tropas españolas de Irak provocó una honda irritación en la Casa Blanca.
Ayer, fuentes gubernamentales insistían en que Bush y Zapatero hablarán, pero no se atrevían a precisar el alcance ni la duración de la conversación. Lo cierto es que, precisamente por la abundancia de mandatarios, es muy difícil encontrar un hueco sin cita previa.
Y más teniendo en cuenta que el presidente español ha recortado su estancia en Bucarest. Regresará a Madrid el jueves por la tarde, acompañado por su ministro de Defensa y portavoz in pectore del Grupo Socialista en el Congreso José Antonio Alonso, para preparar su sesión de investidura, prevista para el día 8. En la reunión del viernes en Bucarest, a la que asistirá por primera vez el todavía presidente ruso Vladímir Putin, España estará representada por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
El bajo perfil español se reflejará también en la ausencia de nuevos compromisos. Aunque al menos diez países anunciarán en Bucarest el refuerzo de sus tropas en Afganistán, fuentes de Exteriores indicaron que "no es el momento de tomar decisiones de calado con un Gobierno en funciones".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de abril de 2008