El forense que ha realizado el informe sobre la muerte de una joven de 19 años con obesidad mórbida al someterse a una reducción de estómago el pasado enero en Barcelona considera que el fallecimiento se debió a una mala praxis del cirujano.
Según declaró el abogado familia de la fallecida, José Aznar, el forense explicó ayer al juez que investiga el caso que el cirujano debería haber intervenido a la joven en cuanto detectó los síntomas de que podía sufrir una hemorragia interna, en lugar de esperar casi tres horas.
Laura Raya, de 19 años y 109 kilos, falleció en la clínica CIMA de Barcelona, derivada por la Policlínica Londres, tras sufrir una hemorragia. Según el forense, el médico pudo confirmar o descartar el sangrado interno con la cámara interna insertada en el abdomen para colocar la banda gástrica en el estómago. Eso hubiera detectado la perforación de la vena cava inferior que causó la muerte. Tras ese informe, el juez llamará a declarar al cirujano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de abril de 2008