Los mercados de valores viven una curiosa situación, consistente en consolidar posiciones a medida que crecen los avisos sobre la gravedad de la situación.
El Ibex 35 subía ayer el 0,53% para cerrar en 13.919,60 puntos, aunque en algunos momentos de la sesión consiguió superar limpiamente el nivel de los 14.000 puntos.
Para algunos inversores, la evolución de los mercados de valores es un indicador de confianza, mientras que los analistas se muestran inusualmente cautelosos respecto de la trayectoria futura de las cotizaciones.
Si se tiene en cuenta el nivel de la contratación en esta última jornada, hay que concluir que es el criterio de los analistas el que se impone al conjunto del mercado.
En el Mercado Continuo se negociaron ayer 4.188,95 millones de euros, el 30% menos que el pasado viernes, al tiempo que las operaciones del mercado abierto sumaron 3.253,21 millones, también el 30% menos que en la sesión precedente.
A estos signos de cautela inversora hay que añadirle que la concentración de las operaciones del mercado abierto sigue siendo muy elevada. Entre los tres principales valores acapararon el 50% del total del mercado abierto, cifra que llega al 80% si se tienen en cuenta los 10 valores más negociados.
La precaución de los inversores parece crecer al mismo ritmo que la altura de los índices, lo que indica que las opiniones de los analistas se tienen muy en cuenta y que algunas advertencias sobre las dificultades de la banca en un entorno operativo hostil no caen en saco roto.
El dinero escasea para las entidades financieras y su precio es un poco más caro cada día, a pesar de las numerosas ayudas aportadas por los bancos centrales.
Curiosamente, ayer en los mercados de valores circulaban rumores sobre un cercano final de esta situación, de ahí que los valores bancarios se convirtieran en los protagonistas destacados en la mayoría de las plazas europeas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de abril de 2008