Sonidos propios de los años cincuenta y sesenta sonarán hoy en Bilbao durante la actuación de The Dynamites en la sala Kafe Antzokia (21.00; 15 euros), donde el grupo estadounidense presentará Kaboon! (Teraterre-Brixton), un disco festivo que agrupa diez muestras de deep funk y música soul. El conjunto de Nashville es uno de los mejores embajadores de esos estilos. El estar formado por ocho músicos le permite incluir arreglos de metal, percusión y teclado que espesan un repertorio en el que es evidente la influencia de artistas como James Brown.
Buena parte del atractivo del grupo y de la buena acogida que ha tenido reside en que el micrófono lo empuña Charles Walker, un vocalista que ofrece un rendimiento notable tanto en números ágiles como en las baladas. Ése es el terreno en que el cantante, un veterano soulman que debutó en el Teatro Apollo de Harlem, se siente cómodo desde los sesenta, cuando empezó a grabar discos para sellos del calibre de Chess, Decca o Champion. Hoy se siente más confortado que nunca por la complicidad alcanzada con Bill Elder, el compositor de The Dynamites.
"En ciertas épocas no tuve canciones que sintiera adecuadas para mí. Cuando estaba con Chess y Decca hacía lo que ellos querían que hiciera, pero ahora puedo escoger las canciones que quiero cantar", ha manifestado Walker. Esta nueva situación le ha permitido desprenderse de la presión de antaño, cuando el principal objetivo de la industria era que produjese un disco de gran éxito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de abril de 2008