Las sensaciones que ha tenido por ahora en el hemiciclo del Congreso todavía no superan la emoción de haber dado un mitin con Felipe González. Lo cuenta haciendo muchos gestos, abriendo mucho los ojos. "Era el primer mitin que daba en mi vida, en Cartagena. Tuve a Felipe sentado a mi lado. Cuando me tocó hablar, se reía con lo que decía y aplaudía". Sara García tiene 26 años. Se afilió al PSOE con 18. González es un personaje de su infancia.
Aquel era su primer mitin y el de ayer su primer debate en el Congreso, donde se sentará representando a Murcia. La ilusión con la que analizaba el debate no es fácil de encontrar: "Zapatero me encanta. Cada vez más. Le he visto fantástico. Cuando habla se le ve satisfecho, convencido, se ve que se lo cree, que dice lo que piensa. Es muy importante poder irte a la cama sabiendo que has dicho cosas en las que crees". En debates como el de ayer, además, "resalta por lo mal que lo está haciendo Rajoy".
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García tiene razón en que las voces y las impertinencias se oyen de forma mucho más nítida en directo que en televisión. "Alucino con algunos diputados que se han puesto a gritar. Me recordaban a esos tres o cuatro que montaban follón en clase mientras los demás atendíamos". Ella y su compañera Miriam Muñoz hablan con asombro de las atenciones que reciben, de lo servicial que es el personal del Congreso con novatas como ellas. "Espero no acostumbrarme a esto, a estos privilegios".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de abril de 2008