La Constitución establece que las relaciones exteriores son competencia exclusiva del Estado, pero el Gobierno autónomo catalán ha decidido destinar 4.000 millones de las antiguas pesetas a construir una red de embajadas de Cataluña con el objetivo de desarrollar "relaciones bilaterales" con otros países en temas culturales o comerciales. La semana pasada, Carod Rovira inauguró la de Alemania.
Que yo sepa, España ya tiene sus embajadas en el extranjero, en las cuales somos atendidos los catalanes y nuestras empresas. Entonces, ¿por qué duplicar gastos, edificios y personal? ¿Solamente para diferenciarse del resto de España? El ego nacionalista de algunos políticos nos sale muy caro a los contribuyentes.
Me pregunto con qué argumentos defenderá Montilla que su Gobierno no tiene suficiente dinero y necesita más financiación cuando está destinando importantes cantidades millonarias a gastos innecesarios y que ya cubre el Estado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de abril de 2008