El PP decidió ayer organizar una minicumbre para reclamar el acceso al agua del Ebro y criticar la solución que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el catalán José Montilla, tienen previsto anunciar mañana para solucionar provisionalmente los problemas de abastecimiento de agua potable al área metropolitana de Barcelona. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, anunció ayer en Córdoba que en los próximos días se reunirá con su homólogo murciano, Ramón Luis Valcárcel, y el líder de los populares andaluces, Javier Arenas, para "denunciar la marginación del Gobierno a las comunidades del PP".
En tromba salieron a criticar a Zapatero, el vicepresidente del Consell, Vicente Rambla; el secretario regional del PP, Ricardo Costa, y otros cargos como el alicantino Miguel Peralta o el castellonense Miguel Barrachina. El PP considera que la solución que se anunciará mañana -la construcción de una tubería no soterrada entre Tarragona y Barcelona para llevar el agua que se comprará a los regantes que se abastecen en esa zona del Ebro- es un trasvase encubierto.
La fórmula para lograr el agua que abastecerá Barcelona implica la renuncia a realizar un trasvase desde el río Segre -afluente del Ebro- y ya estaba prevista por el Consorcio de Aguas de Tarragona, que cada año cobra 120 hectómetros cúbicos a los regantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de abril de 2008