Visiblemente irritado, el alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, del PP, terció en el cruce de acusaciones entre el Consistorio y representantes socialistas sobre la responsabilidad del deterioro de la antigua Estación de Murcia (futura sede de la Casa del Mediterráneo). En una comparecencia insólita, un sábado, y tras una semana en el extranjero, Alperi repasó con documentos las iniciativas del Consistorio para lograr que Adif conserve el edificio. El alcalde no ahorró adjetivos y acusó a la subdelegada del Gobierno en Alicante, Encarna Llinares, y a la portavoz socialista en el Ayuntamiento, Etelvina Andreu, de "desfachatez y cinismo", de mentir y de no tener vergüenza. Fue más allá, y culpó al Gobierno del mal estado del edificio de Correos o del estancamiento del proyecto para soterrar las vías de entrada a la ciudad y crear la estación intermodal.
Las críticas fueron contestadas por la diputada socialista Juana Serna, que recordó que el Gobierno ha invertido un 92% más en Alicante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de abril de 2008