Elecciones en Italia
Hay momentos en la historia de las naciones en que todo se juega a cara o cruz. Lo habitual es que cada elección e incluso cada alternancia contribuya a modelar una línea de continuidad. Lo excepcional, y éste puede ser el caso de las elecciones parlamentarias de hoy y mañana en Italia, es que desemboquen en un quiebro, que se jueguen a todo o nada.
"El problema es el Estado", empieza diciendo. Luego sigue una larga exposición de reformas económicas, presuntos ahorros milagrosos de miles de millones de euros, trasvases de intereses y de deuda, todo apoyado en una revolución, retirar las tasas de las horas extra, y bajar los impuestos "a lo Ronald Reagan" para que tanto empresas como ciudadanos paguen como máximo el 33%.
A sólo 24 horas del voto, Italia amaneció inundada de noticias sobre las relaciones entre el partido de Silvio Berlusconi, Pueblo de la Libertad, y la Mafia. Las amistades peligrosas del senador palermitano y cofundador de Forza Italia, Marcello Dell'Utri, mano derecha de Silvio Berlusconi y que fue condenado en 2004 a nueve años de cárcel por asociación mafiosa, están en el centro del huracán.
"La política sin economía no sirve, y eso Raúl lo sabe", dice Jorge, un jubilado de 75 años. Ha visto "los 49 capítulos de la revolución", y se declara "moderadamente optimista" ante las primeras medidas adoptadas por el nuevo presidente cubano, aunque a él -admite- éstas no le "benefician".
Durante varios días y hasta el martes pasado, la Iglesia colombiana y los representantes de España, Francia y Suiza -países que trabajan para conseguir un acuerdo humanitario de intercambio de prisioneros y secuestrados- creyeron que Ingrid Betancourt, cautiva de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde hace seis años, estaba muerta.
La inseguridad en el mar
La liberación de la tripulación del yate francés Ponant, secuestrado en aguas de Somalia, ha puesto de manifiesto la gravedad e internacionalización de la piratería marítima. El velero de lujo se había adentrado 10 días atrás en una zona barrida por tripulaciones filibusteras que apresan buques, saquean sus cajas fuertes, camarotes y contenedores, fuerzan rescates y sofocan a tiros toda resistencia.
En el verano de 1999, entre 100 y 300 prisioneros serbios en manos de la guerrilla del Ejército de Liberación de Kosovo (UÇK, en sus siglas albanesas) fueron llevados en camiones a una casa de Burrel (Albania), con la complicidad del actual primer ministro kosovar y ex líder guerrillero Hashim Thaçi. Una vez allí, se les extirpaban diversos órganos para ser utilizados en el tráfico internacional, hasta que los prisioneros perdían la vida.