Pregunta. ¿Desde cuándo han detectado que necesitan la mano de obra que hace tiempo se les fue?
Respuesta. Desde mediados del año pasado. Tenemos trabajadores ucranios, chinos y paquistaníes que suplen esta carencia. Incluso también poco a poco, llegan de Hungría y Bulgaria. Los fondos europeos y la inversión exterior favorecen un panorama en expansión en nuestros sectores de construcción, textil y turismo. Nuestra tasa de paro, ahora mismo, es sólo del 4,1%
P. ¿Su oferta de trabajo va dirigida a quienes han tenido suerte o a los que no?
R. A todos, aunque sabemos que quienes han echado raíces en España es más difícil que vuelvan. Pero calculamos que en este país puede haber hasta un millón de compatriotas [la cifra oficial es de 600.000], con lo que hay muchas personas que pueden mostrarse receptivas. Tenemos programas para todo tipo de grupos específicos. Para los que han estado en situación muy desfavorecida. O para la numerosa comunidad gitana rumana, a la que se propone una vuelta a una serie de oficios tradicionales.
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P. ¿Hay algo específico para esos universitarios que han podido acabar trabajando de cualquier cosa en España?
R. Sí, damos facilidades a los empresarios que los contraten en diferentes oficios, siempre que estos universitarios puedan demostrar que lo son y tengan menos de 35 años. Los contratos, para ellos y para otros, que deriven de esta promoción, serán indefinidos, no hablamos de empleo basura o nada similar. Especialmente para las mujeres, consideramos atractiva su posibilidad de incorporación al sector servicios antes que en el de la construcción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de abril de 2008