El nuevo Gobierno
El nuevo ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, tuvo ayer muy presente aquello de que lo que mal empieza, mal acaba. Por eso quiso, ante todo, comenzar bien. Arropado por el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, y por la nueva ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, el ex director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno asumió explícitamente el papel de fiel colaborador y subordinado de Solbes.
"Capitán, mande firmes [toque de corneta]. Y ahora digan conmigo: ¡Viva España! ¡Viva el Rey!". A la flamante ministra de Defensa, Carme Chacón, no le tembló la voz al dar su primera orden. Tampoco perdió el paso cuando pasó revista a las tropas, en el patio de armas del Ministerio de Defensa, flanqueada por su antecesor en el cargo, José Antonio Alonso, y por el jefe de la cúpula militar, Félix Sanz.
En 1991, cuando el socialista Josep Borrell presentó su plan hidrológico -trasvases entre todas las cuencas-, recomendó no hablar de trasvases, sino de transferencias de agua. La palabra ya estaba maldita. Nada ha cambiado.
Sólo ha pasado un mes desde la larguísima campaña electoral que concluyó en fracaso, y Mariano Rajoy ya está en otra. Pero esta campaña es aún más complicada, porque en lugar de votantes corrientes tiene entre el público a compañeros de partido, siempre desconfiados.
Dos horas y doce minutos duró la primera declaración como testigo de un presidente de las Cortes. Al contrario que su antecesor al frente del Ministerio de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, José Bono no se acogió al privilegio de testificar por escrito o de hacer que el juez Fernando Grande-Marlaska acudiera a su despacho.
El PNV vive en un vaivén continuo, al borde del infarto desde que se destapó la caja de los truenos, tras la negativa inicial del sector soberanista a apoyar la moción de censura en Mondragón. El líder de esa corriente en el PNV y máximo dirigente en Guipúzcoa, Joseba Egibar, intentó ayer transmitir públicamente la apariencia de que no hay desafió alguno al liderazgo del presidente del PNV, Iñigo Urkullu.
ELSA GRANDA | Ceuta
Los soldados que regresan a España cuentan sus experiencias en el nuevo país
Un pitido del fax del Juzgado número 5 de Marbella alertó a las 11.48 de ayer de que Juan Antonio Roca, el principal imputado del caso Malaya, estaba a un paso de la calle. La máquina imprimió una copia del resguardo de ingreso de un millón de euros en la cuenta del juzgado.