Llegó la policía y no pasó nada. Tenían permiso. Por un día, una decena de grafiteros pudo pintar a sus anchas la fachada de la futura sede del Colegio de Arquitectos, en la calle de Hortaleza. Fue una iniciativa del colectivo Desviados y el grupo municipal de IU para pedir que la ciudad facilite espacios para desarrollar el arte urbano. Una modalidad que ha llevado a gente como el grafitero 3ttman a ser reclamado para pintar la fachada de la Tate Modern en Londres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de abril de 2008