Las últimas novedades en torno al sistema financiero han devuelto a los mercados de valores a la cruda realidad. El papel llevó de nuevo la voz cantante en la mayoría de las plazas bursátiles y los índices reflejaron esas dudas de los inversores sobre el supuesto control de la situación.
El Ibex 35 cedió el 1,41% para cerrar en 13.728,90 puntos, un nivel razonablemente cómodo y que, además, permite a los inversores pensarse las cosas un par de veces más antes de atacar la zona de los 14.000 puntos.
Todavía hay numerosos e importantes bancos con grandes problemas. De ahí que el Banco de Inglaterra haya decidido poner en marcha un plan de canje de activos hipotecarios "dañados" por bonos del Estado por importe de 50.000 millones de libras, unos 62.500 millones de euros.
Al tiempo, Bank of America anunciaba un descenso del 77% en su beneficio neto del primer trimestre por depreciación de activos y el aumento de la morosidad.
La respuesta de la mayoría de los mercados de valores fue vender valores bancarios de forma indiscriminada lo que, en el caso de la Bolsa española, contribuyó a que el Ibex 35 sufriera una caída muy superior a las del resto de las plazas europeas.
Como no hay mal que por bien no venga, no faltaba quien afirmaba que ésta era una buena excusa para consolidar posiciones y evitar así un ataque a la zona de los 14.000 puntos sin las garantías necesarias. En realidad, los inversores se han puesto en guardia por algo más que los problemas bancarios, que todo el mundo intenta resolver como puede. La constante escalada del precio del petróleo, con nuevos máximos ayer, garantiza que los tipos de interés se van a mantener altos por más tiempo.
En el Mercado Continuo hubo problemas para colocar papel ante la reiterada renuncia de la mayoría de los inversores a asumir riesgos en estas condiciones. La contratación total fue de 4.338,37 millones de euros, casi 1.000 millones menos que el pasado viernes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de abril de 2008