Se me ocurren muchos socialdemócratas que prefieren a Esperanza Aguirre en la presidencia del PP. Más que nada para tener garantizado un nuevo Gobierno socialdemócrata en 2012. Son tantos que, a céntimo por cabeza, embarcarse en una apuesta tan osada podría afectar dramáticamente a la economía familiar de alguien que, ya de por sí, tiene problemas para llegar a fin de mes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de abril de 2008