En EL PAÍS del 22 de abril, nos contaba José Andrés Rojo cómo Juan Gelman, cuando la dictadura argentina, tras haber perdido a su hijo y a su nuera, le empujó al exilio, anduvo "de un lado a otro", "persiguiendo a la nieta que ésta había dado a luz antes de morir asesinada, hasta que la encontró". Y, así, de un lado para otro, se encontró en Viena, trabajando como traductor de Naciones Unidas. "Todos los domingos", cuenta, "iba al Kunsthistorisches Museum para ver las cinco obras de Velázquez que hay allí y un retrato de Durero".
Pero no se nos dice que tres de entre esas cinco obras de Velázquez que contemplaba Gelman eran cuadros de la infanta Margarita, la protagonista de Las Meninas, retratada por Velázquez a los tres, los seis y los ocho años. Sin duda, contemplar esos retratos le haría más soportable la búsqueda obstinada de su nieta. Hoy la hemos podido ver a ella, emocionada, escuchando a su abuelo en la lectura del discurso del Premio Cervantes. Él le habrá contado muchas veces lo que contemplaba aquellos domingos en el museo de Viena.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de abril de 2008