Irán celebró ayer la segunda vuelta de sus elecciones legislativas para cubrir los 82 escaños (de un total de 290) que quedaron pendientes el 14 de marzo. Aunque portavoces oficiales hablaban de una participación "fervorosa", el entusiasmo fue aún menor que hace un mes debido a la extendida convicción de que la nueva cita sólo confirmará el triunfo conservador.
"Los datos que vamos recibiendo hasta ahora dan una participación un 9% más alta que en la primera vuelta", declaró el director de la plataforma de supervisión electoral, Mohamed Hosein Musapur, citado por la agencia Mehr. Entonces el Ministerio del Interior dijo que se había superado el 60% de participación, pero los datos que facilitó rondaban el 51%.
La queja de reformistas y conservadores moderados se centró en el veto previo del Consejo de Guardianes a los candidatos. Esa preselección deja fuera a los aspirantes más críticos con el régimen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de abril de 2008