"Me llamo Claudio, no maestro"
En las dos vidas de Claudio Abbado han existido pasiones contrapuestas en términos biológicos. No es que él quisiera llevarle la contraria a la madre naturaleza. Pero lo cierto es que cuando era un joven aspirante a director, revolucionario y contestatario, dispuesto para cambiar el mundo y con dotes excepcionales para la música, vivía seducido por la maestría de los más viejos.