El Valladolid se ha encontrado con la mística de los últimos minutos para agarrarse a la permanencia. Ocurrió quince días atrás, con el Atlético, y volvió a ocurrir ayer con el Almería, con un gol de Sesma, porque esos momentos se han convertido en el espacio donde encuentra el resultado que su fútbol merece y que se escapa en la falta de pegada. Y eso que la primera parte fue un tostón que solo animaron Víctor y Negredo, que falló un penalti más que dudoso.
El descanso lo modificó todo porque el cinturón táctico que los dos entrenadores marcan a sus equipos se difuminó. El Valladolid entró en su escenario favorito, el de los partidos tensos. La defensa andaluza dejó de ser una muralla y las ocasiones comenzaron a llegar sin reposo. Entre medias, Crusat y Negredo se plantaron solos ante Asenjo que resolvió su parte. Y al final, cuando el Almería ofrecía tablas, apareció Sesma.
VALLADOLID 1 - ALMERÍA 0
Real Valladolid: Asenjo; Cifuentes, Javi Baraja, García Calvo, Marcos; Diego Camacho, Álvaro Rubio; Sisi (Capdevila, m. 83), Víctor (Ogbeche, m. 74), Sesma; y Llorente (Borja, m. 93). No utilizados: Alberto, Alexis, Kome y Aguirre.
Almería: Diego Alves; Bruno, Pulido, Carlos García, Cisma (Crusat, m. 53); F. Melo, J. Ortiz, Soriano (Iriney, m. 77); Juanito (Corona, m. 66), Negredo y Mané. No utilizados: Cobeño, Paunovic, Ortiz y Acasiete.
Gol: 1-0. Min. 92. Sesma recoge un balón rechazado al borde del área y engancha una volea que se va a la red.
Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó con amarilla a Cisma, Javi Baraja, Sisi, Diego Camacho y Crusat.
Unos 21.000 espectadores en Zorrilla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de abril de 2008