La llamada guerra del Francés fue en Cataluña mucho más que la célebre heroicidad del Timbaler del Bruc. El programa de actividades organizado por varios municipios catalanes con motivo del bicentenario de aquel conflicto pretende servir también para desmontar leyendas románticas. "Durante mucho tiempo se mantuvo el relato simplemente patriotero, sobre todo en la historiografía española", defendió ayer en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona el historiador Lluís M. de Puig en uno de los actos centrales de la conmemoración, que remataron los trabucaires.
A su juicio, en aquel relato patriótico se obviaba la revolución contra el Antiguo Régimen y la existencia de afrancesados pragmáticos o de colaboracionistas por puro interés económico, entre otros aspectos. Asimismo, la efeméride ha sido ideal para restaurar el monumento que recuerda en el Barri Gòtic a los ajusticiados por la conspiración de mayo de 1809. El programa incluye también en la capital catalana un itinerario por el castillo de Montjuïc y sus alrededores, previsto para el 15 de junio.
El resto de propuestas, excepto una reunión de trabucaires -el 8 de junio en el Coll de la Massana (Bruc)-, tiene un marcado carácter académico y comprende desde proyecciones de películas en el Museo del Cine de Girona hasta la publicación de obras que analizan desde nuevas perspectivas la cruenta guerra de resistencia contra los napoleónicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de abril de 2008