Me ha sorprendido en la amplia necrología de mi muy estimado amigo y colega Diego Catalán la ausencia de cualquiera mención de la Universidad de California a San Diego. Como uno de los fundadores del departamento de literatura en los años sesenta, Diego Catalán estableció todo un proyecto con ordenadores para estudiar la frecuencia de uso de palabras, y los matices de sentido, del vocabulario entero de las romances medievales. También, después de la muerte del dictador tomó la iniciativa para establecer un intercambio de facultad entre UCSD y la Complutense, en el que fui uno de los primeros participantes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de abril de 2008