La crisis del ladrillo está pasando factura a las cuentas de las inmobiliarias. Reyal Urbis, una de las principales del sector, cerró el primer trimestre del año con unas pérdidas de 52,7 millones de euros. Esta cifra supone cuadriplicar los números rojos que registró en el mismo periodo de 2007. El mal resultado obedeció a la caída de las ventas de pisos y a los gastos del préstamo que solicitó Reyal para comprar Urbis cuando se fusionaron en 2006.
La inmobiliaria ya había registrado un desplome del beneficio en 2007, pero hasta ahora no había entrado en números rojos. Las cuentas remitidas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores muestran una caída del 40,4% en los ingresos, que se situaron en 187,4 millones de euros. Pese al declive del sector, la inmobiliaria mantiene el optimismo al asegurar que las ventas de promoción residencial del primer trimestre no reflejan lo previsto para todo el año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de mayo de 2008