La quinta convocatoria de la Ley de Barrios ha atraído esta vez a un total de 52 municipios, que buscan beneficiarse de las ayudas de la Generalitat para rehabilitar espacios públicos deteriorados. La mayoría de solicitudes provienen del área metropolitana. La ciudad de Barcelona ha presentado dos expedientes: uno para el barrio de Maresme-Besòs, que sufre una fuerte degradación y linda con el municipio de Sant Adrià, y otro para el barrio de la Barceloneta.
La Ley de Barrios, uno de los proyectos estrella que impulsó el Gobierno liderado por Pasqual Maragall la pasada legislatura, reserva este año una partida de 200 millones de euros para las localidades que, finalmente, sean seleccionadas. Así lo anunció ayer el Departamento de Política Territorial y Obras Públicas en un comunicado. En las cuatro anteriores convocatorias se destinaron 800 millones -aportados, al 50%, por la Generalitat y los ayuntamientos- a 70 barrios.
En esta ocasión, la mayor parte de expedientes recibidos proceden de municipios que desean ejecutar una renovación a fondo de sus núcleos antiguos para preservar, en la medida de lo posible, su valor histórico y arquitectónico. Tremp (Pallars Jussà) y Artesa de Segre (Noguera), Caldes de Montbui (Vallès Oriental), Olesa de Montserrat (Baix Llobregat), Centelles y Vic (Osona), Anglès (Selva) y Figueres (Alt Empordà) Cunit (Baix Penedès) y Falset (Priorat) están entre los candidatos.
El segundo volumen de posibles beneficiarios está integrado por barrios situados en la periferia de las ciudades, que nacieron en plena época del desarrollismo franquista y también sufren una fuerte degradación. La lista incluye barrios como Fontsanta (Cornellà), Can Vidalet (Esplugues de Llobregat), El Gornal (L'Hospitalet), Can Bassa (Granollers) y La Maurina (Terrassa).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de mayo de 2008