Recomiendo apilar y reservar las páginas de las críticas literarias y cinematográficas de EL PAÍS para abordarlas una vez se ha leído o visto la obra en cuestión. Nos perderemos, es cierto, la puntual y sabia recomendación o el denuesto de profesionales como Justo Navarro o Carlos Boyero, haciendo inútil su trabajo, pero... ¿qué me dicen del placer de descubrir por uno mismo quién es el asesino? Por Dios, dejen de desvelar tramas, desenmascarar personajes y adelantarnos el the end en sus críticas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de mayo de 2008