Les honra a Acebes y a Zaplana dejar las tareas dirigentes en el Partido Popular; sin embargo, quizá hubiera sido más efectiva esta medida tras las elecciones de 2004. Remodelar la cúpula del Partido Popular después de la derrota le hubiera proporcionado al señor Rajoy la libertad personal de hacer una oposición más personalista y menos crispada.
Mantener las tesis del 11-M y a quienes las sustentaron le ha proporcionado al PSOE el balón de oxígeno suficiente para mantenerse durante cuatro años más. La política como los toros, para no aburrir al respetable, ha de ser rápida si quiere ser eficiente; devolver al corral a los maltrechos astados suele producir la ovación para la presidencia, y a las veces, una lluvia de pañuelos blancos para el maestro.
En cualquier caso, y a toro pasado, agradezcamos a Acebes y Zaplana los servicios prestados a este país.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de mayo de 2008