Los daños en la sede donostiarra de Osalan contra la que ETA atentó en la madrugada del Primero de Mayo no fueron mayores debido a que la carga de una de las dos bombas que colocaron los terroristas no estalló y lo hizo sólo su detonador. Ambos artefactos estaban compuestos por tres kilos de amonal. El consejero de Empleo, Joseba Azkarraga, y el director general de Osalan, Ignacio Murgia (ambos al fondo de la imagen), comprobaron ayer los destrozos en las instalaciones, que están abiertas al público, aunque sufren problemas en las líneas telefónicas e informáticas. Durante esta semana se concretará si hay problemas graves en las estructura del inmueble. De no ser así, "en diez o quince días estaría todo resulto", destacó el consejero. La zona más afectada se encuentra en la parte baja, en el espacio destinado a los archivos, donde se derrumbó parte del techo y de un muro, mientras que las puertas fueron arrancadas, y los numerosos cascotes y cristales bloquearon el acceso a los garajes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de mayo de 2008