El mismo día en que se anunciaba que la película Iron Man había batido todos los récords del año con una recaudación de más de 130 millones de euros en todo el mundo, las efigies gigantes de Superman, Wonder Woman y Batman recibían a las puertas del Metropolitan Museum de Nueva York (Met) a las principales celebridades del planeta, que con motivo de la exposición Superhéroes: moda y fantasía acudieron a la fiesta anual que el Costume Institute celebra en el Met, del que forma parte.
Giorgio Armani recibió, uno a uno, a los invitados a una gala que el diseñador copresidía junto a Anna Wintour, la temida directora de Vogue América y los actores George Clooney y Julia Roberts, quienes, como buenos anfitriones, también permanecieron de pie a la entrada para saludar a los cerca de 750 invitados. Entre ellos estaban reinas del celuloide como Scarlett Johannson -que acaba de anunciar que se casa con el actor Ryan Reynolds- o Naomi Watts, emperatrices y emperadores de la moda como Donnatella Versace, Donna Karan o Marc Jacobs, estrellas de la música como Beyoncé y David Bowie y extrañas parejas como Tom Cruise y Katie Holmes.
Se esperaba que en un año en el que los superhéroes han recuperado el protagonismo que tuvieron antaño, más de un famoso se atreviera al menos a hacerle un guiño a los gustos estéticos de estos seres imaginarios. Sin embargo, la única lanzada fue la propia Wintour, que con un traje de Chanel gris, parecía un personaje galáctico salido de El imperio contraataca. No obstante, bromeando, ella aseguró ser Stormy, el personaje de La patrulla X que controla los cambios climáticos. La fiesta a la que todo neoyorquino le gustaría acudir pero en la que sólo los famosos pueden estar tuvo varios capítulos: primero, un cocktail en el Petrie Court y, después, la cena en la sala del Templo de Dendur, redecorada como si se tratara del planeta de Superman, Kripton.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de mayo de 2008