Hay gente con dinero a la que le gustan los mapas y está dispuesta a pagar por ellos. Por eso, César Ovilio Gómez Rivero se las ingenió para llevarse unos cuantos de la Biblioteca Nacional. Uno de los que sustrajo de la Cosmographia, de Ptolomeo, y que se encontró en Sidney, hizo un largo viaje. En la primera parada se vendió por 20.000 dólares; en la última, por 140.000 euros. El mapa salió de España, fue a Latinoamérica, volvió a Europa, paró dos veces en Estados Unidos y terminó en Australia. Su precio fue creciendo por el camino.
Del mundo del mercado ilegal de mapas y de otras piezas del patrimonio, poco se sabe. Ni precios ni reglas de juego. Y poco pudieron explicar ayer los responsables de la Guardia Civil que han recuperado once de los 16 que desaparecieron. La Biblioteca Nacional los exhibe hasta el domingo, antes de que sean restaurados y vuelvan al lugar del que no debieron salir: los libros.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de mayo de 2008