Con la banda sonora de los tacones de los soldados polacos al ponerse firmes -repetida a lo largo de toda la jornada-, los príncipes de Asturias iniciaron ayer una visita de tres días a Polonia, el primer viaje oficial en el que doña Letizia tendrá agenda propia. Cenaron con el presidente polaco, Lech Kaczynski, y desayunan hoy con una delegación de empresarios españoles, más de 50, comandados por la patronal CEOE. En medio de la crisis mundial, Polonia creció en 2007 un 6,3% (frente al 2,7% de la UE), tiene una fuerte demanda de vivienda (que en España decae) y debe construir numerosas infraestructuras para la Eurocopa 2012. Además, es ahora el primer receptor de fondos de cohesión. Todo la convierte en objeto de deseo para los inversores.
"Somos dos grandes naciones que han logrado superar épocas difíciles", dijo don Felipe, y citó las de los polacos: "La partición, el intenso sufrimiento de la guerra y el genocidio". Horas antes había visitado con doña Letizia la tumba al soldado desconocido, que honra en Varsovia a los polacos muertos en batalla (una de ellas, en España en 1808 apoyando la invasión napoleónica, según admitió con sonrisa culpable el mando militar que hacía de guía).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de mayo de 2008